Recopilación de relatos de17 autores locales, Segovia Erótica, la primera antología de relatos de este género que se emprende, sigue los pasos de las recopilaciones dedicadas al género de misterio (Segovia Negra) o a la literatura histórica (Segovia histórica). En esta ocasión suma las plumas de Carmen García Rodríguez A. ya veterana en el género y con una fantasía onanista capaz de derretir a la mismísima estatua de Juan Bravo. Por su parte, otro habitual en los recopilatorios previos. Cristian Fernández, narra el reencuentro entre dos antiguos novietes de adolescencia que deriva en una oscura fantasía.
En “Cuero”, Delfina Márquez, apunta cosas que uno imaginaría que pasan en el Casino de la Unión. Ktunoloeres sirve más erotismo en espacios de la geografia urbana segoviana. La poesía erótica es la herramienta escogida por Teresa Herranz; en tanto la comedia es la elegida por Jesús Pastor en el relato “Erección por decreto”, con una complicada exposición en el Torreón de Lozoya de por medio. Sensualidad poética la de Rafael Verdejo en “Inmortal”. Ambientada en tres décadas diferentes, el recopilatorio sigue con “Las tres caras de Eros”, de Nieves Alegre. Erotismo intrigante sirve Eliseo de Pablos en “Un sopor me invadía se apoderaba de todo”.
Mariano Martín, recrea, en “Más dura que un canto”, las andanzas de un pícaro cantero en la Segovia de la Edad Media. Verónica Martín, entremezcla erotismo y ficción en “Otros mundos”. Ángel Jiménez nos introduce en una desesperada y adúltera relación, en tanto Daniel de María sirve “Juntos en la distancia (sátira orgiástica 2.0)”. Las agitadas fiestas de La Granja es el marco ideado por Mariano Fuente para su lance “San Luis rey de Francia”. Pablo de Francisco se abona al reencuentro en “Me gustaba llamarte Agnés”. Emecé Condado narra en “Úrsula”, la típica escapada a Segovia y su… patrimonio. Y cierra con un relato “navideño” Alfonso Genique en “Serendipia”.
La presentación del libro será el 22 de diciembre, a las 20:00 en el salón de actos del Emperador Teodosio.
El 15 de junio de 1977 empezaba la historia de la democracia en Segovia con la primera cita electoral libre desde la II República. Desde entonces los segovianos han pasado 44 veces por las urnas. Son 11 municipales, 10 autonómicas, 15 generales y cuatro referéndums, que el periodista, profesor universitario y doctor en comunicación e Historia Contemporánea, Manuel Pacheco, analiza ahora en un libro publicado por Derviche.
“El voto en Segovia” es un libro que no se limita a concentrar los datos, analiza la evolución de los votantes, mide peculiaridades como la adhesión a listas frente a nombres, los feudos de cada partido, y también el desarrollo de los propios partidos en Segovia tomando las citas electorales como puntos de inflexión: los siempre traumáticos relevos, cómo se cocinan las listas, los pulsos de poder, resultando especialmente interesantes los testimonio de los principales protagonistas.
Así, Pacheco ha entrevistado a los regidores que han conducido las riendas de la política locale Segoviana, por lo que el libro resulta además un documento periodístico de primera mano para conocer trasfondos, anécdotas y contextos. Aportan su testimonio Miguel Ángel Trapero (1983-1896), Pedro Arahuetes (2003-2014, y cuyo testimonio resultará particularmente esclarecedor a los seguidores de la política local del último cuarto de siglo) y Clara Luquero, actual titular. Otros dos alcaldes aún vivos, Emilio Zamarriego (1986-1987) y José Antonio López Arranz rehusaron colaborar, si bien por la grabadora de Pacheco pasan otros protagonista como Juan Carlo Martín, Atilano Soto, Rafael de las Heras, Juan Luis Gordo, Francisco Vázquez, Javier Reguera o Miguel Ángel de Vicente.
Precisamente este último, presidente de la Diputación de Segovia, junto con Clara Luquero, presentarán mano a mano el libro con el autor. Será el 19 de octubre, a las 19:30h en la Casa de Lectura.
Culminando un paciente trabajo cuasi detectivesco, el historiador segoviano Santos Rafael Pérez ha recopilado en Los tapices de la Catedral de Segovia la historia de las 33 piezas que componen el catálogo de tapices de la seo segoviana, una de las colecciones más importantes en esta tipología artística a caballo entre lo ornamental y funcional.
Y también de prestigio. No en vano, las cuatro series –Pompeyo el Magno, Zenobia reina de Palmira, Los planetas, y una cuarta que el autor denomina de “las verduras“- eran donaciones de familias, de ahí el carácter profano de las temáticas, vinculadas con motivos de moda. “Así por ejemplo, Zenobia, del siglo XVII y que se puso de moda por un drama de Calderón de la Barca”, explica Santos.
Eran bienes de lujo destinados a decorar y aislar. Hechos en Bruselas, la capital mundial de los tapices y donde trabajaban no solo los mejores tapiceros sino también los grandes cartonistas, habitualmente surgidos de los grandes talleres de pintura flamenca, como el de Cenobia, del taller de Rubens. “Se valoraba el cartonista y la perfección con que se llevaba al tapiz”. Esta colección en concreto fue donada por la importante familia Ayala. “Para ellos era prestigio, demostrar a la sociedad la importancia y rango de la familia”.
Pacientemente el autor ha reconstruido, también, el itinerario interior de los tapices, inicialmente destinados a decorar zonas nobles como las capillas o el altar. “Pero pasó como en todo, que por el siglo XIX dejaron de estar de moda. Entonces algunos se llevaron a la torre, otros se guardaron…” Pero seguían considerándose bienes de gran lujo, como lo prueba que nunca salieron de la Catedral. “La única excepción fue en 1916, con motivo de la coronación de la Fuencisla en la Plaza, para dar mayor empaque a la escena se exhibieron en la plaza junto al trono de la coronación”, explica Pérez. En los últimos años se observa una creciente revalorización del tapiz como objeto de arte, como lo prueba la restauración de algunas colecciones y su reubicación en la sala capitular, o la torre, como uno de los atractivos de la visita turística. “El avance en los últimos años ha sido incomparable, todavía hay alguno, dos en concreto, que están celosamente guardados y enrrollados, pero es como todo, se precisan recursos y el covid ha supuesto una importante merma de ingresos para la Catedral”, explica.
Desde ahora, y editado por Derviche con la colaboración de la Catedral de Segovia, Los tapices de la Catedral de Segovia, obra de Santos Rafael Pérez Martín, sus secretos están al descubierto.
Acueducto2.com reseñaba recientemente una de las últimas novedades de Derviche: Un día más, un día menos, de Marcos Pastor, una muy personal crónica imprescindible de la lucha contra el covid19 desde la primera línea, desde el hospital de Segovia, uno de los más castigados por la epidemia y que llegó a colapsarse antes el aluvión de infectados.
Recuerdos de alta carga emotiva, momentos de incertidumbre, tensión y también la sensación de enfrentarse a un reto que cambia la vida. Todo desde la perspectiva de Marcos, un enfermero que padecerá doblemente la enfermedad, en casa y en el trabajo. Un día más, un día menos es ya una referencia para conocer los días más duros de una epidemia que entre abril y mayo de 2020 dejó 700 muertos en Segovia y miles de enfermos.
Jesús Pastor vuelve a la carga en uno de sus fuertes, combinar ficción con literatura para dibujar un fresco sobre la Segovia de los siglos XVI y XVII. En Un mal que cien años dure la acción arranca de la Guerra de las Comunidades y acaba cien años después, cuando Diego de Colmenares comienza a diseñar su Historia de la insigne Ciudad de Segovia. En esos cien años, los personajes presenciarán desde eventos como la cuarta boda del Rey, la creación de dos palacios en Valsaín y la construcción de la Fábrica de la Moneda, hasta desgracias como el expolio de la judería, el incendio de la catedral o la epidemia de peste negra. Por las calles de la ciudad pasearán celebridades como el doctor Andrés Laguna, el arquitecto Juan de Herrera o los escritores Lope de Vega y san Juan de la Cruz, mezclándose con personajes ficticios. La mezcla de historia y fantasía se salda con momentos humorísticos y la aparición anacrónica de personajes actuales a modo de “cameos”. Pero, por muchos personajes que aparezcan, la auténtica protagonista de la novela es Segovia, la de verdad y la fantástica, cargada de vida y de imaginación.
